Mi paso por los blogs empezó hace no tanto, pero si me pongo un poco a pensar, este blog no comenzó en Junio de 2005. Esa fue su inauguración en este formato, nada más. Sus comienzos con este ropaje, con la tímida lectura de
Puto y aparte y
so fucked up, y el link de
PaTo estratégicamente negociado en Glam. No no; hubo una etapa de mi vida en la que, de haber existido, este blog hubiera cumplido su función primigenia de convertirse en mi bitácora de viaje. Pero mientras tanto los mails generales funcionaban como blog ad-hoc.
Los orígenes más precarios de las Industrias Vandelay (Arturo R. Vandelay - Presidente Honorario) despuntaron allá por el año 2002. Cuando el país se desmoronaba y mi persona otro tanto. Uno por mantener una ficción económica durante demasiado tiempo, y el otro por mantener una ficción y punto; durante demasiado tiempo también.
Un tiempo después de todos esos episodios, dialogando con mi hermano (el verbo no es casual) me preguntó si para sobrellevar algunos aspectos de mi vida que en su opinión debían resultar muy traumáticos para mi, no me parecía una buena idea irme de viaje a algún sitio lejos como para pensar, como para hacer una suerte de retiro espiritual. En el momento me pareció bastante ingenua la propuesta, y me hizo un poco de gracia. Pero con el tiempo lo empecé a considerar, aunque fuera más bien en retrospectiva ya que el viaje en sí ya lo había hecho. Lo que en realidad empecé a considerar fue si, en definitiva, aquel viaje, mirando ahora retrospectivamente no había tenido en algún sentido la imporonta iniciática y reveladora que mucha gente cercana sutilmente le quiso dar a mi experiencia. Aún hoy no lo sé, y de haberlo sido fue de una manera no cabal ya que no me pasó nada, no pensé nada, no conocí a nadie, no descubrí nada que pueda pensarse como desencadenador de nada, aunque toda esa nada junta creo que fue muy fuerte.
Los posts que siguen son reproducciones de mails que mandaba durante un semestre que estuve estudiando en la École Supérieure de Commerce de Grenoble en Francia. No puedo dejar de sorprenderme con el poco tiempo que pasó desde aquello en proporción a lo mucho que cambié yo a partir de ahí. Por eso mi inquietud respecto a en qué medida esta experiencia me afectó. Tampoco puedo dejar de remitirme inmediatamente a unas palabras que se reprodujeron hace un tiempo en este blog (y en varios más), de Joan Didion, a propósito de lo que sentí cuando releí algunas de estas cosas:
- "Escribo en mi cuaderno para recordar cómo se sentía ser yo en ese momento. Escribo porque todo vuelve. Y las personas que fuimos también vuelven. Y creo que es una buena idea seguir saludándonos, por lo menos, con las personas que fuimos, aunque no disfrutemos ya de su compañía. Sino aparecen sin anunciarse y golpean la puerta a las 4 de la madrugada de una mala noche y exigen saber quién los abandonó.
Olvidamos demasiado pronto las cosas que pensamos que nunca olvidaríamos."
Asi que un poco para incluirlos en mi bitácora y que así pasen a ser parte de mi equipaje cibernético y otro poco por que me place, aca á van (I-II-III).
musicalización de este post: Loving you -
Dani Umpi