arty

Hace unos días me contaron una historia graciosa; parece que en un gimnasio céntrico un chico tomaba una ducha y hacía alarde de su supuesto físico agraciado, para atraer la mayor cantidad de miradas de posibles interesados duchantes. Ante la mirada estupefacta de quien me contaba la historia, seguramente interpretada como de gran lujuria por nuestro personaje, el muchacho que se ofrecía abiertamente al mejor yirón del lugar le comentó: "Te acordás del Dios del Verano de Tinelli?, bueno yo fui el segundo del año 93".

Plop!