
saludos desde is vacaciones, no me extrañen que ya vuelvo, les dejo una foto para mi rememberance.
por qué me gustará tanto Belle & Sebastian, por que soy muy puto acaso?.
nota: monedas, can´t live with 'em, can´t live without 'em.
Si tuviera que analizar el interés que tiene la población argentina en la economía en base a los restos de diarios La Nación que quedan abandonados en los revisteros de los locales de Mc Donalds; diría que es nulo.
Evidentemente hay un grave problema con mi personalidad. Está claro que "eventualmente" no es suficiente para mi, y está claro también que genero algo equívoco y extraño en quienes me conocen, y quienes yo conozco.
Pero como las generalizaciones salomónicas son difíciles de abarcar voy a hacer en cambio una simple listita. Para ir de lo particualar a lo general, para que a través de la experiencia pueda ver que carajo sucede que no me termina de cerrar de estos últimos tiempos en los que conocí gente con la que me ha pasado casi calcadamente lo mismo.
El otro me pregunta: "Vos que buscás" y yo que respondería: "Alguien que cuide de mi, que quiera matarme y se mate por mi" digo, "No se, recién nos estamos conociendo" o algo así.
Puedo llegar a dos conclusiones válidas.
Primero. De lo público y de lo privado. Cuando estoy con alguien que me cabe, que me gusta, que me cierra, que no pasa a convertirse en una simple preocupación de cómo licuar la relación para ir abandonándola de a poco como "quien no quiere la cosa" (sí, soy muy malo); entonces disfruto mucho más de la privacidad con él que de la situación de estar en grupo con él y otros. Por que me inhibe el grupo y en cambio me encanta el privado. Y transito cosas con él que no puedo hacerlas cuando hay otros. En cambio cuando estoy con alguien por estar al pedo, entonces el privado se me torna intolerable y agobiante, no así el público que es donde me desenvuelvo como pez en el agua, con él como espectador y conquistándolo constantemente en esa circunstancia voyeurista, que se desintegra inevitablemente al desaparecer los terceros intervinientes.
Segundo. De las expectativas y los quieros. Tengo un problema con las expectativas que genero, la mansedumbre que transmito pareciera ser la causa de que constantemente no se me tome en serio, como me ha sucedido en los últimos intentos que he hecho de tener realciones de algún tipo. Y que caiga siempre en aquello de que siendo yo tan buena persona y tan agradable al oído, cómo entonces pudiera el otro privarse del agrado de mi companía; pero nada más de mi compañía como entidad superflua (para mi), o a veces no tanto, pero sí desprovista de un compromiso mayor que era el que me había permitido intuir como búsqueda.
Y el año empezó fantásticamente bien. Al menos para mi. El problema es que me sea suficiente.