no soy de vender mis cosas usadas, nunca pude, aunque no me enorgullesco de eso, lo veo como una imposibilidad. Soy acumulador de todo lo que alguna vez usé para algo. Andy el otro día vendía sus minidiscs y su laptop, yo todavía tengo el estereo de un auto que me robaron que no sirve para ningún otro, prolijamente apilado en un armario al lado de un sombrero que usé para una obra hace 10 años, mezclado con partes de computadoras que difícilmente tenga oportunidad de reciclar algún día. Soy guardador de cachibaches, no hay duda. Pero lo más loco, y esto seguro que les ha pasado, es que constantemente me encuentro con que guardo un artículo totalmente espurio durante años y años durante los cuales solamente sirve para ocupar espacio, y justo cuando aparece la oportunidad de darle alguna utilidad al mismo; desaparece por completo misteriosamente. Es lo más desesperante que te puede pasar. Me pasó con un florete de esgrima. No se de donde lo saqué, ni me acuerdo, pero sé que desde que tengo memoria que lo anduve moviendo de un lugar a otro y reubicandolo por todos los recovecos de mi casa. Cada vez que revolvía algún placard aparecía ahí el famoso florete como testigo privilegiado del paso del tiempo. E inevitablemente me preguntaba "para qué carajo guardo esto". Pero mi corazoncito conservador y poco desprendido de las cosas no me permitía tirarlo. Hace unos días se me ocurrió que lo podía usar para algo. Me puse a buscar el puto florete y no aparece. Espero encontrarlo rápido por que esta situación me desespera.