el sábado fui a una fiesta en el depto de ato y boliche que tuvo sus momentos interesantes. por ejemplo fue interesante como metimos 50 personas en un depto de 4x5 con terraza. también fue interesante como a las 4 am un vecino del piso de arriba en una actitud por demás censurable, tiró un baldazo de agua hacia abajo molesto por los ruidos que generaba nuestro grupo de borrachos amigables. Yo no ví el acto pero sí fue gracioso encontrarme con fede adentro empapado y que al pregutnarle por lo ocurrido responda: "me tiraron un balde de agua desde arriba", pobre, se lo tomó bastante bien. me hizo acordar a cuando era pendejo que pasé uno de los momentos más humillantes de mi vida, cuando en la cola de los autitos chocadores del Italpark, no aguanté más y me mee encima. así nomás, estaba desesperado y largué el chorro. Creo que festejaba mi cumpleaños ahi. ¡Qué verguenza! es totalemente inborrable el momento en que sentí el chorrito de meo bajándome por la rodilla y el ruidito que hacía contra el piso. Lo que generó las miradas de toda la gente presente y del cuidador del juego que me acuerdo que me miró con una sonrisa compasiva y me dió una palmadita en el hombro. Siempre me pregunto como no me pude aguantar??. Como no pude pedir de ir al baño, no me acuerdo, solo me acuerdo que fue la única salida que vi como posible. Lo cual paraece muy inverosimil por que no cuesta nada hacer un parate en la diversión y dirigirse a los toilettes. Pero evidentemente algo no me lo permitía. Supongo que no podía permitir que todo el grupo de amiguitos que yo había invitado deje de divertirse y pasarla bien para que me esperen mientras yo iba al baño. Debió ser eso, muy típico de mi, no quería que se me preste demasaiada atención, y si mientras iba al baño todos los demás se iban a otro juego y yo salía y no los encontraba más??? sería terrible! y el baño para mi quedaba imposiblemente lejos, lejísimos!!!! y así fue que me subí al autito chocador como si nada, con el bermuda de jean (cortado) mojado, dejé el charquito atrás y seguí como si nada. no acusé recibo del episodio avergonzante y fingí que nadie lo había notado. Mientras en el autito pensaba en las pobres personas que ocuparían después de mi aquel auto. Tendrían razón suficiente para pedir al burócrata que asignaba los autos a las parejas que aquel coche debía ser salteado por los acontecimientos que eran de dominio público. Después no me acuerdo más. Solo que a la noche ya, volviendo a casa y con el episodio superado al menos en lo aparente, uno de mis amiguitos, Charly, (gran amigo que luego sería uno de mis mejores amigos hasta la secundaria) me preguntó medio en secreto, "ya se te secó el pipí", estoy seguro de que fueron esas textuales palabras. no tengo dudas. y yo lamenté que no hubiera pasado desapercibido mi desafortunado accidente.