arty

I'm an importer/exporter.

Thursday, June 23, 2005

 

moviendo las cabezas

Tal como decían las palabras de Asbellini, el verdadero amor siempre es merza. Y qué mejor entonces que ponerlo en práctica. Hoy hice una gran merzada, pero me amparo en que fue producto del amor. El amor a primera vista, o a segunda al menos. Hace casi dos meses, cuando dejé de laburar aproveché para hacer todas las cosas que tenía pendientes, como ir a médicos varios, trámites no imprescindibles pero aquellos que para obsesivos como yo siempre es necesario tener al día, compra de indumentaria, ida al cine y teatro y corte de pelo. (que rara que queda la palabra pelo escrita) Para mi cortarme el pelo siempre fue un tema. Es como que nunca llegué a encontrar un "sistema" que funcione lo suficiente para hacerlo habitual. Paso a explicar: Sin contar las peluquerías de niño en dónde te regalan caramelos y vasos de coca (en la que yo lloraba por que decía que el peluquero viejo me tiraba del pelo y me dolía!) a partir de los 11 o 12 años cuando uno empieza a ir por su cuenta y no lo lleva más la madre, empecé a ir a uno que queda en una galería cerca de casa, en echeverría y zapiola. El tipo se llamaba, o se llama, Rubén. Y como no podía ser de otra manera la peluquería se llamaba, o se llama, Rubén. Peluquería de barrio a full, obviamente solo de hombres, con piso de baldosas y esos sillones de peluquería antigua. Peluquería en la que el peluquero te habla de fútbol y vos asentís. Por ahí el tipo también quería hablar de otra cosa, pero supongo que el vería a un pendejo y pensaría que solo se podía hablar de goycochea y sus penales, o enzo franchescoli, a esas épocas me refiero. La cosa es que por inercia o comodidad seguí yendo a "Rubén" durante mucho tiempo más. Después me fui enterando, no por que el me lo haya contado sino por que mi hermano que también iba ahí me contaba, que el tipo tenía una historia tristísima, se le había muerto la hija y la mujer estaba enferma de cáncer creo. Terrible. En una de las tantas acciones premeditadas y cuyo significante iba mucho más allá de su superficialidad, al hacerme puto, como simpáticamente me refiero a aquella transición en la que encontré no sin esfuerzo mi identidad sexual, decidí que debía urgentemente cambiar de peluquería. Las "otras" siempre me habían dado terror. Pero terror genuino, toda peluquería que tuviera más de un sillón y minas atendiéndose para mi eran para mina. O para putos. Era una relación tan directa y tan fácilmente realizable que no podía siquiera pasar por el frente de uno de esos "salones" sin sentirme intimidado. Pero los tiempos extraordinarios demandaban acciones extraordinarias, así que un buen día me aventuré a entrar a uno, no sin cierto pudor mi primera pregunta fue: ¿Cortan a hombres? y la minita superfashionsupertonta "si pasá por acá, necesitás lavarte?, que se yo nunca se me había ocurrido, dije que no, no vaya a ser que pensaran que no mantenía mi higiene personal al día. Y así poco a poco me fui interiorizando de todo ese submundo, que había que pedir turno!! que te sacudían con una cuenta enorme por cada pelotudez que te hicieran etc etc. Pero para mi era todo una conquista por que me sentía el puto yendo al salón de belleza, para mi el hecho de darle bola a mi aspecto estético, algo que siempre me había estado vedado por las leyes de la heterosexualidad, ahora podía ser explotado hasta el empacho. Me duró poco. Me cansé de los pseudo fashion, más bien grasas y careros y seguí buscando qué hacer con mi cabellera, que con el tiempo cada vez resulta más escasa. Como el mundo exterior no tenía una respuesta, tuve una etapa de recogimiento y la famosa maquinita estuvo a la orden del día. Un placer, me pelaba todo y me sentía muy bien. Obvio que atrás me dejaba una colita "por que no llegaba" con el juego de doble espejo. Hasta hace 1 mes y algo que en una tarde fría que salí a caminar por el barrio, encontré un local que decía "Peluquería arte y diseño" o algo así. Una especie de roho pero de barrio. Entonces entré, era justo lo que necesitaba un buen corte de pelo para levantar el autoestima. Hoy fui por segunda vez. Creo que nunca me había cortado el pelo 2 veces en tan poco tiempo. Hay una razón y es que el "estilista" me volvió absolutamente loco. El flaco es un pibe con toda la onda con quien nos la pasamos hablando de música. Le gusta Árbol, es de Mendoza. Yo totalmente entregado entro y le digo, hacé lo que vos quieras, confío en vos plenamente. El flaco me hace un buen corte, el flaco se llama Facundo, el flaco tiene un arito en el labio que es lo más, el flaco no es una loca, me dice que tiene novia. Cada vez que me toca me encanta y cada vez que me mira me derrito un poco. Quiero que este corte sea eterno, hablamos de todo, la paso bien. Me dice que se va a ir, que está buscando otra cosa. Me pongo mal, pienso que no se nada de él, que mi plan de venir a cortarme el pelo cada dos semanas no va a funcionar por que va a haber desaparecido y no se donde encontrarlo!!. Entonces resulta que el flaco también está aprendiendo guitarra, entonces le ofrezco pasarle unos temas, le cuento que estoy tocando "mi carmelo" de bersuit, al flaco le encanta, a mi me encanta. Le digo que es jodida, pero que "Un pacto" es más fácil. Me muestra el corte con dos espejos, le digo que me quedó bárbaro, me dice que me dejó más largo en no se que partes para que tengas más onda, me lo como, le agradezco, me levanto y saco la billetera, me dice que me vuelva a sentar que me va a secar el pelo por que hace frío afuera, yo digo que no importa, él insiste tímidamente y yo recuerdo como me derretí la última vez que me lavó el pelo, y me entrego al deseo íntegramente. Me seca el pelo, se unta las manos con algún aceite y me lo pasa por el pelo, me queda re bien. Ahora sí, me levanto, le pago, le doy una propina normal, aunque le daría mucho más y le sonrío, y ya me estoy yendo y recapacito. El pibe me dijo que quería irse a Chile o a Paraná y no tenía por qué hacerlo. Sí pegamos buena onda hablamos de Marley y de armar una banda de reggae pero no tenía por que advertirme que por ahí desaparecía, entonces urgente debo buscar la manera de quedar conectado con él, no quiero llorar cuando la próxima vez me atienda el gordo que está por ahí y deba comentar casi al pasar distraidamente dónde anda el pibe ese que atendía antes, no. Entonces se me ocurre, "che si querés te paso unos temas, no tenés un mail?" el gordo que creo que es el dueño ahora escucha y siento en el aire una leve tensión. Será que al gordo también le gusta su empleado? o es más que su empleado? será su mancebo?. Sí debe ser el dueño por que durante todo este tiempo estuvo discutiendo con un proveedor. No importa el pibe es tan copado que ya salió corriendo a buscar un papelito para anotarme el mail. Tarda más que lo normal, y me siento un poco incómodo. Son esas cosas que si las pensás demasiado suenan raras, por ahí el flaco se dio cuenta de que me gusta y se arrepintió y ahora vuelve con cualquier excusa pedorra, que no le anda el mail o que se yo. Mientras siento que el gordo me mira, yo no lo miro pero siento que el gordo me mira, siento que el gordo, que tendrá tipo 40, se dio cuenta de todo, entendió todo a la perfección y no solo hoy sino la primera vez también. La primera vez que me cortó Facundo yo había estado más duro por que el gordo había estado todo el tiempo mirando, hoy yo estuve más suelto y charlamos mucho mejor. El gordo tendrá miedo que me lo lleve a su empleado/mancebo, el pibe es muy lindo, yo me lo llevaría a una agencia de modelos y se llena de plata, no sé lo que sea, el gordo sabe que tiene un diamante en bruto y por ahí no sabe que el pibe se le quiere ir. Por eso el pibe me lo comentó cuando el gordo discutía con el proveedor de los shampoos. Vuelve y me da un papelito cortado a mano que yo hago que ni lo miro y lo guardo, como si fuera algo casual, y yo a su vez le doy una copia de "un pacto" con los acordes, que lo tengo en mi carpeta. EL pibe me agradece y me dice que le pase páginas de donde bajarse temas. Yo me derrito más todavía, lo saludos con un beso y me voy. Salgo y busco desesperadamente el papelito, "Facundo (peluquería)" y su mail, que amor como si me fuera a olvidar de donde lo conozco, y el mail me mata, algo con la soledad, me encanta. Camino las tres cuadras hasta mi casa y pienso que de repente entiendo cabalmente lo que significa cuando alguien dice que se iría a cualquier lado siempre que esté con la persona que ama. De repente lo entiendo, perfectamente, yo me iría mañana a Chile o Paraná siempre que pueda estar con él, no me faltaría nada.

Comments:
aaaahhhh mortal
 
che lola, seguro qeu conociste a mi hermana enotnces, digo por zoe...
 
sip. very nice.

le escribiste a F?
 
This comment has been removed by a blog administrator.
 
si, espero respuesta.
 
lola, me encantan tus comentarios sobre Atilio Alterini, yo tengo como un fetichismo por ejemplo con Ricardo Nissen y ese tipo de cosas. Me divierte comentar al respecto de juristas.
 
pero eschuchame una cosa, vos derecho no estudiaste o sí?
a qué se debe?
una porque en la facultad tiene tan poco en qué pensar... jaja
 
wow
puedo linkear este post?
 
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